
Soy Carmen Moguel González, madre, cónyuge, hija, hermana, tía, prima, cuñada,… como otras tantas pacientes oncológicas. Mi recorrido por esta enfermedad comenzó un 4 de febrero de 2016.
Todo empezó cuando dando lactancia materna a mi hija pequeña me noté un bulto en el pecho, ingenuamente pensé que se trataba de una mastitis por lo que el impacto fue tremendo al recibir el diagnóstico de cáncer de mama en estadio III. Empecé una nueva carrera, la de la vida, con momentos de miedo, rabia, frustración e ira que iban y venían, pero sobre todo con mucho amor y apoyo de mi tribu.
Hasta ahí sólo quedaba seguir el protocolo para dejar de ser una enferma de cáncer, pero a los dos años y medio, tras un dolor intenso en la cadera, aparecieron mis «amigas» las metástasis. Ante mí apareció el abismo…cáncer de mama metastático con todos sus adjetivos: incurable, inoperable, tratamiento paliativo, mortal… No voy a negar que caí en un pozo, pero decidí que la enfermedad y yo debíamos ir de la mano y afronté,con mucha ayuda, mucha profesionalidad y mucho amor que el camino de la vida seguía adelante, día tras día, paso a paso.
Y este mensaje de ESPERANZA es el que me gustaría compartir con otras muchas pacientes metastásicas: que la vida sigue y sigue y que cada vez hay más conocimiento sobre nuestra enfermedad, mejores tratamientos y muchísimos profesionales dedicados a alargar y mejorar nuestra calidad de vida.
¡SE PUEDE!