
Mi nombre es Elena Santos Collantes. Mi historia con la enfermedad comienza en 2011, cuando sólo tenía 29 años. Una noche me noté un bulto en el pecho y ahí empezó todo. Mi diágnostico fue un cáncer de mama HER2+. Biopsia, cirugía, quimioterapia, radioterapia y tratamiento hormonal.
Estuve libre de enfermedad durante cuatro años. En el 2015 vuelve a reaparecer con lesiones metastásicas. No me lo podía creer, no sabía que eso podía suceder… Otra vez ciclos de quimioterapia, pruebas, incertidumbre… Otro parón en mi vida y esta vez sentía que no había salida.
Afortunadamente, hubo una respuesta metabólica completa en las lesiones, así que mi vida volvió a la «normalidad», hasta que en el 2018, justo antes de tener a mi hija, el cáncer volvió con más fuerza.
Han sido años muy difíciles y duros, pero gracias a la ayuda de las personas más cercanas y de mi oncóloga he encontrado el apoyo que necesitaba y necesito, sigo adelante en esta montaña rusa de emociones e imprevistos.
Actualmente sigo en tratamiento ininterrumpido desde hace tres años. Continúo teniendo esperanza, ilusiones y proyectos. Para mi lo más importante es estar aquí, tener calidad de vida y disfrutar de los míos.
Seamos pacientes activos en nuestro proceso, informándonos, preguntando e incluso aportando. No perdamos la confianza en nosotr@s mismos. Lo más importante en este punto, es que no se pare de investigar y la celeridad en la administración y la aprobación de los tratamientos. No podemos esperar esos procesos burocráticos que se alargan demasiado cuando para nosotr@s es vital.
A pesar de su dureza, la enfermedad trae con ella un mensaje de aprendizaje, de prioridades, de autoconocimiento, de amor, respeto y escucha. Vivamos cada día, cada minuto, cada segundo como si fuera el último. Este mensaje es para todas las personas con enfermedades y las que gozan de buena salud.
Intentemos convertir el miedo en amor, que es lo que mueve la VIDA.