Mi nombre es Rocío Castaño, tengo 41 años y justo ahora hace un año que fui diagnosticada de cáncer de mama. Soy ingeniera y mamá de dos pequeños, uno de ellos con discapacidad y diversas necesidades. Lo que hace que me vuelque en él y en la lucha de sus derechos, convirtiéndome sin pretenderlo, en una activista por los derechos de las personas con discapacidad. 

Todo esto me lleva a pausar mi profesión, y hasta casi mi propia salud. 

Son años de mucho estrés en el que creo que mi cuerpo gritaba un “cuídate”. Es el diagnóstico el que me hace parar y escucharme, he tenido que aprender que para poder cuidar es necesario cuidarse. Y es que, yo también me necesito 

Me hacen una mastectomía y una reconstrucción inmediata del pecho en la misma operación. Tras pasar por tratamientos de quimio y radio, actualmente sigo un tratamiento hormonal, a base de pastillas e inyecciones, que provocan entre otras causas una menopausia inducida, que ayudará a bajar la probabilidad de recidiva. 

Aun estoy aprendiendo a vivir con ello, con los síntomas, secuelas de los tratamientos, pero lo más duro, el miedo a una recaída.

Ahora que ha pasado justo un año entiendo que aun queda camino, que debo ser paciente conmigo, confiar y VIVIR el presente. Con la ayuda de mi gente que me acompaña, estoy convencida que seguiremos adelante.